domingo 10 de noviembre de 2024
El historiador de la literatura Pep Vila ha hecho donación a la biblioteca de la Fundación de un ejemplar del catálogo de la Exposición de Arte Francés que se celebró en Barcelona en 1917, en plena Primera Guerra Mundial.
El estallido de la Gran Guerra (1914-1918) dejó París, el principal centro artístico de Europa, sin la celebración de sus célebres salones de arte y con algunos de sus artistas instalados en países neutrales. España era uno de estos últimos, si bien, en la práctica, estaba dividida entre germanófilos y aliadófilos. Los últimos obtuvieron una extraordinaria victoria diplomática cultural al conseguir organizar en Barcelona una exposición de arte francés que acogía y sustituía a los suspendidos salones de París. Se inauguró el 23 de abril de 1917 en el Palacio de Bellas Artes y era la primera vez en la historia que la Société des Artistes Français, la Société Nationale des Beaux-Arts y el Salon d'Automne—las tres grandes asociaciones artísticas de París—exponían conjuntamente.
El catálogo enumera 1.462 obras de arte, pero se sabe que en realidad se expusieron muchas más, puesto que algunos de los artistas enviaron obras no previstas, incluidas en el catálogo con un único número. Tal y como explica Francesc Miralles en el volumen VIII de la Historia del Arte Catalán en el capítulo dedicado a este acontecimiento, en la planta baja del Palacio y en el Salón de fiestas, cuatro grandes conjuntos de tapices-Historia del rey, de Lebrun; La galería de St. Cloud, de Mignard; El antiguo testamento, de Coypel; Los amores de Psyche, de Romain—obras maestras de los Gobelinos, dejaban deslumbrados a los visitantes tan sólo entrar. La Nationale ocupaba las siete primeras salas, la Société des Artistes Français las siete siguientes y el Salón de Automne las cinco últimas. En la Sala de la Reina Regente había pintura francesa, desde Courbet a Cézanne. Otras salas contenían las artes decorativas, libros, grabados y 200 medallas de los mejores medallistas.
Del Salon d'Automne, el crítico de arte Joan Sacs (Feliu Elias) destacaba las obras de Beaubois, Bonnard, Dunoyer de Segonzac, Guillaumin, Marquet, Matisse, Monet, Redon, Renoir, Rouault, Signac, Valloton y Vuillard, entre otros, mientras que para el pintor Joaquín Torres-García lo más interesante era el Salón de la Reina Regente, donde se podían ver obras de Boudin, Cézanne, Courbet, Daumier, Degas, Gauguin, Manet, Monticelli, Morisot, Pissarro, Puvis de Chavannes, Renoir, Rodin, Seurat, Sisley y Toulouse-Lautrec. El eco de la exposición fue muy amplio, y la mayoría de revistas y periódicos de Barcelona desplegaron información a un nivel no acostumbrado, ya que para muchos artistas catalanes y para el público en general era la primera vez que podían contemplar una panorámica tan completa del arte francés y de las principales figuras de las bellas artes que habían marcado la evolución reciente y las tendencias del arte occidental.